Creemos que el edificio debe ofrecer una fuerte condición representativa acorde con la historia larga de este manantial y que esta capacidad de representación ha de responder a las cualidades del paisaje existente, con un lenguaje contemporáneo y claro, capaz de sobreponerse al caos representado por las coladas volcánicas.

Para ello, y con una mirada atenta a las intervenciones humanas, que cualifican el entorno cercano, nos resulta próxima la imagen sesgada de las salinas con sus reflejos contra el mar,  a la vez evocadora del mundo del agua y muy arquitectónica  por el manejo de planos y el orden de los tajos. Una imagen de planos horizontales  familiar con el mundo del agua y serena como el ambiente que requiere un balneario. Por su posición obligada respecto a la carretera y su condición de edificio visto desde lo alto nos parece especialmente grata la adopción de esta imagen para ordenar el plano superior del edificio, fundamental en este proyecto.

Un edificio modelado por el agua ha de ser un edificio de importante componente horizontal, y así lo queremos ver, definido por dos planos horizontales utilizando el material más abundante y característico del lugar, el basalto, con despieces pequeños y rugosos agradables a una visión cercana que desde el interior deje clara la pertenencia del edificio a un lugar y el compromiso con las exigencias de una construcción sostenible y coherente con los recursos del entorno.

Agua, aire y lava serán así los materiales que moldearán este nuevo hito del paisaje palmero.