Proponemos para este centro crear un mundo visual más «naïf» y próximo a la percepción infantil y a la postre más divertido, donde formas elementales y colores dominarán en la definición de unos espacios (aulas, pasillos etc) bien ventilados e iluminados gracias a los patios de juego interiores que disponemos al efecto, de tal manera que «todo» va a suceder dentro de los cuatro muros del perímetro exterior y a espaldas de un entorno urbano correcto pero poco estimulante.

Para ello ordenamos el programa básico en formas cilíndricas muy claras y compactas que, al alternarse entre ellas, definen unos espacios intersticiales que utilizamos como patios para juegos al aire libre o espacios para la circulación principal y relación del edificio o bien para uso de otros espacios de servicio. La alternancia de estos espacios vacíos con los volúmenes ocupados por las unidades propicia la aparición de episodios espaciales entretenidos, variados y atractivos que serán la base del ambiente buscado por el proyecto educativo.