El edificio alberga las funciones de un centro de salud para la población de Iturrama, importante zona residencial de alta densidad, desarrollada, que presenta una falta de unidad formal y de orden. Fruto de ello es, sin duda, la parcela donde se asienta el edificio que situada entre edificaciones en altura, aisladas y de formas diversas, parece haber quedado relegada al valor de «residuo urbano».
  
Lo ajustado de la ocupación, las limitadas condiciones urbanísticas y la necesidad de cumplir un programa funcional, quizás excesivamente amplio dadas las consideraciones anteriores, obligó a plantear una ocupación total en altura y alineación definiendo necesariamente un volumen extremadamente compacto de baja altura. Este hecho condiciona la evolución total del proyecto inspirando todos los criterios, tanto formales como compositivos.